La Plaza Luli Pampín fue renovada con la sustitución de las baldosas de caucho, que habían alcanzado el final de su vida útil, y con la puesta en valor de los juegos existentes mediante tareas de mantenimiento y pintura.
Al tratarse de un patio intermedianera, la gran protagonista del proyecto fue la pared lateral, que originalmente se encontraba vandalizada. En lugar de ocultarla, la transformamos en un pizarrón de gran escala, integrándola como parte del juego y ofreciendo un espacio de expresión libre para los chicos.
Esta intervención convirtió a la pared en un elemento lúdico central, logrando un fuerte impacto comunitario y consolidándose como uno de los mayores atractivos de la plaza.
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